En diálogo con Rally País Radio, Alberto Infante, más conocido como “El Pupy”, contó cómo desde niño llego al rally, la fortuna de haber navegado a dos campeones argentinos (“Feco” Smith y Miguel Baldoni), su vida de trotamundos, al punto de conocer 45 países y dominar 4 idiomas. Este puntano de 41 años, pasó casi la mitad de su vida en el extranjero, hace unos años que regresó y se dedica a su Restaurante Amelí, que tiene en sociedad con su hermano de la vida, Jorge “el Torno” Alaníz y a organizar viajes por todo el mundo, inclusive tour para ver los clásicos del rally mundial, Finlandia, Portugal, Grecia, Italia y otros.
“Pupy” es una persona que encierra a un personaje único. Un ser de gusto universal, por su bonomía, su humildad, su grandeza, por éstas y otras razones, nadie se negaría a disfrutar de su amistad.
Señoras…señores, de pie…en la sala, con ustedes…”El Pupy” Infante.
ESCUCHÁ A “Pupy” INFANTE…
Nació en un barrio del centro de la ciudad de San Luis, en la calle Almafuerte a una cuadra de la Avenida España: “Mi abuelo es el que me introduce en el mundo del rally, él era amigo del “Peluca” Bassi y me llevaba a ver las carreras y a su taller, eso caló hondo en mí, me gustaba andar por lo talleres. Debuté con 15 años en un Fiat 600 navegando a Carlos Yacarini, recuerdo que no me querían dar la licencia, yo estaba pronto a cumplir los 16 y mi madre viajó hasta La Toma a ver a Omar Palmero, quien era el presidente de la Federación y al “Pato” Ceballos, para que me la dieran, ella firmó como responsable y me la otorgaron. Siempre les voy a estar agradecidos a Omar y al “Pato”.
Sus comienzos
De chico empezó a ir al taller de Federico Smith, en principio para lavar las piezas del motor del auto de Roberto Delicia, con quien tenía pensado correr, fue pasando el tiempo y su relación de amistad con “Feco” fue aumentando hasta que le ofreció correr con él: “Yo calculo que me ofreció esa oportunidad teniendo en cuenta mi talla y peso, era muy delgadito, al principio yo no le creía, no tenía experiencia como para subirme con semejante monstruo, hasta que se convirtió en realidad, debuté y gane junto a él en el Gran Premio de 1998, tenía 17 años”.
Siguió navegando a un grupo de selectos pilotos hasta que llega el turno de hacerlo con su otro hermano de la vida…Miguel Baldoni: “Con el gordo no arrancamos tan bien, era un aprendizaje mutuo, muchas salidas del camino roturas, hasta algunos tumbos hasta que las cosas se fueron enderezando, por aquel entonces se produce un momento bisagra en mi vida, año 2003 en el que lo dejo porque me iba a Europa. A partir de ahí conseguimos que se subiera con él Julio Herrero.”
Con Baldoni se reencuentra en el 2012 cuando participa en la Junior Academy WRC: “Yo estaba en Europa y me sumé al grupo como una especie de guía junto a Elbio Quevedo y Cristian Piani.
El trotamundos
Este hombre ha pasado casi la mitad de su vida dando vueltas por el mundo: “Me fui a España en el 2003, un amigo que vivía allá que me convenció, tenía 23 años en esos momentos. Hice de todo, trabaje en gastronomía, pintaba casas, paseaba perros, y hasta formé parte de la tripulación de un velero. Todos los trabajos eran temporales, de modo tal de juntar el dinero suficiente que me permitiera vivir y poder viajar”.
Le pregunté por la experiencia del velero, como había sido: “Conocí a un ex piloto de la línea aérea Lufthansa que se había jubilado y se compró un velero, el tipo me invitó a que lo navegara, algo que me apasiona es la cartografía marina, saber leer las cartas de navegación, bueno con él estuve como dos años y medio. Este hombre tenía casa en Mykonos (Grecia) y de allí navegábamos hasta Ibiza donde tenía otra propiedad. Bajábamos y estábamos dos meses en tierra y luego íbamos a otros lugares. Fue una experiencia tremenda que me sirvió para saber cómo vivir en el mar”.
Lo consulté si llevaba una estadista de cuantos países conocía: “Alrededor de 45, cuando hablamos de conocer me refiero a haber estado no menos de tres semanas, un mes en cada uno de ellos, de pronto en algunos estuve años. En ese sentido, luego de haber conocido, visto y vivido otras culturas, agradezco vivir como vivimos nosotros.”
Peligro de vida…de película
El tipo de vida que llevaba nuestro amigo, siempre entraña peligro, más aún cuando se es arriesgado, como en este caso lo es “Pupy”. En ese sentido le pregunté si había sentido temor, miedo en algún momento: “Sí, cuando intenté escalar el Annapurna (macizo montañoso en Nepal, de 8000m de altura, es el décimo del mundo), a los 7000m se me rompieron los cartílagos de la rodilla derecha por el mal uso de los arpones con los que cuentan las botas, hay una técnica para su uso correcto que yo desconocía, eso me produjo la lesión. Mis compañeros tuvieron que seguir y yo me las tuve que arreglar solo. Ahí pensé lo peor, pude descender hasta un campamento en el que me trasladaron en un tipo de buey hasta poder asistirme. Pensé que la hipotermia, el viento y la lesión me mataban”.
World Rally Car Tour
Todo comenzó una vez ya instalado nuevamente en San Luis. Primero un Hostel y luego Amelí, el restaurante en donde se elaboran comidas del mundo y las mejores pizzas no tradicionales, recomiendo Margarita con frutos de mar. Seguramente en largas tertulias surgió la posibilidad de recorrer los mejores rally del mundo, en grupo de amigos:
“La idea apareció junto a un grupo de amigos, era ir a recorrer algo de Europa y presenciar el Rally de Finlandia, el de Acrópolis, el de Portugal, etc. Mi conocimiento y contactos me permitieron armar un paquete muy bueno en Motorhome, con gente amiga que yo tengo allá que me facilita mucho las cosas. Armamos un grupo muy lindo con amantes del rally de distintos puntos del país y fuimos, fue genial, lamentablemente, la pandemia frenó todo, no obstante para Octubre ya tengo otro grupo de argentinos y chilenos”.
Este es “Pupy” Infante, quien navegó a Miguel Baldoni en el último Máster de la Tracción Simple, en La Toma, consagrándose Maestro. Lo que se dice…un maestro de la vida.